Son seres espirituales creados por Dios, que actúan como protectores, asistentes, guías y mensajeros. La palabra ángel proviene de la palabra griega angelos, la cual a su vez deriva de la palabra hebrea mal´akh, que significa “mensajero”.
Ellos son sumamente amorosos y nos tienen un amor tan grande que siempre responden cuando los llamamos. Suelen aparecer para tranquilizarnos y darnos el impulso para avanzar. Cuando nos visitan se siente una inmensa sensación de amor y paz. La energía angelical tiene la calidez del sol.
Los ángeles son invisibles porque su vibración es muy liviana y veloz; vibran en un nivel más allá de nuestro campo visual. El mejor ejemplo para explicar esto es el caso de “un ventilador”: Cuando un ventilador se encuentra apagado o en mínima velocidad, nuestros ojos pueden distinguir perfectamente sus aspas, pero cuando funciona a máxima velocidad no logramos ver sus aspas. Lo mismo sucede con el cuerpo de los Ángeles; su cuerpo vibra a una velocidad tan alta que nuestros ojos no los pueden ver. Cuando ellos quieren que alguien los vea, deben bajar su vibración para que puedan ser percibidos por el ojo humano. A su vez, nosotros debemos elevar nuestras vibraciones para contactarnos mejor con ellos. Muchas veces los ángeles no pueden traspasar las turbulentas vibraciones de nuestras emociones para acercarse y envolvernos como ellos quisieran. Por eso, antes de llamarlos es bueno meditar unos minutos silenciando nuestra mente y teniendo pensamientos positivos.
Hay distintos tipos de ángeles, así como hay diferentes razas de humanos, cada cual aprendiendo y creciendo a su propia manera. Hay ángeles que se dedican a la sanación, otros a la paz, otros a transmitir amor, etc. También hay ángeles para determinados lugares, son custodios de montañas, ríos, valles, playas, etc. Cuando visitemos uno de esos lugares es bueno pedir permiso y saludar al ángel custodio del lugar para que nos proteja durante toda nuestra estadía allí.
Los ángeles son seres andróginos que están más allá de la necesidad de la sexualidad porque sus aspectos femenino-masculino están equilibrados. Sin embargo, en ocasiones cuando se dejan ver, algunos se presentan con una imagen más femenina (Arcángel Gabriel) o más masculina (Arcángel Miguel).
Los ángeles están esperando que los llamemos para ayudarnos. Se ponen muy felices y contentos cuando alguien los invoca, ya sea para ayudar a resolver cuestiones muy importantes, o para cosas simples de la vida cotidiana (como encontrar un regalo para alguien, rendir bien un examen, acompañarte en una reunión de trabajo, conseguir un espacio libre para estacionar el auto o que lo cuiden mientras está estacionado en la calle, etc.). Particularmente les encanta que los invites a cocinar. A veces vienen a sanarnos durante el sueño. Es decir, que ellos están para ayudarnos. No los molestamos si estamos todo el día invocándolos y pidiéndoles asistencia.
También les podemos pedir que ayuden a otras personas. Si escuchas una ambulancia en la calle, pídeles a los ángeles que ayuden a la persona necesitada. Si ves a personas discutiendo, invoca a los ángeles para que los rodeen con su energía de amor.
Los ángeles también sanan a los animales enfermos, si ves a un animal que está sufriendo, invoca a los ángeles para que lo ayuden. No te imaginas la fuerza de luz divina que puedes poner en movimiento.
Es importante saber que los ángeles no pueden ayudarte -y no lo harán- si pides algo por codicia o nacido desde un sentimiento de baja vibración. Ellos nos ayudan a enfrentar nuestros temores, pero no a taparlos con cosas materiales. Ellos nos conocen profundamente y saben -mejor que nosotros- qué es lo más adecuado y beneficioso para nuestra vida. Por ejemplo: a los ángeles les encanta ayudar a formar parejas. En cuestiones del corazón es sorprendente la eficacia de su intervención. Pero ellos nunca atraerán hacia ti, por mas insistente que seas, a una persona que saben que no es la adecuada.
Entonces, ¿cómo podemos saber si lo que estamos pidiendo es en definitiva “bueno” o “malo” para nosotros?. Prestemos atención a la respuesta de los ángeles: ¿nuestro pedido se concede enseguida?, ¿o parece que ni siquiera nos escuchan?… Confía y recuerda que ellos siempre te protegen, incluso de ti mismo.
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GRACIAS A TI POR SER PARTE ACTIVA DE ESTA APERTURA DE PUENTES ESPIRITUALES.
Lic. María Paula Máximo
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