martes, 23 de junio de 2009

NIÑOS DE LUZ


"MENSAJEROS DE LA EVOLUCIÓN"

Ya es tiempo de dejar de lado las separaciones que se han establecido hasta en las denominaciones de tal o cual niño. Nada de ello va a colaborar ni lo ha hecho mucho menos ante los ojos de los que observamos con amor el mundo y evidenciamos la ansiedad de los padres, el ego aumentado en busca de un “diagnóstico” sobre si ese niño es índigo o cristal…

Ya he escrito hace más de un año que esto es ridículo e innecesario porque estamos hablando de Energía! La energía se puede medir y hasta fotografiar, pero aquello que hoy tiene un color, mañana puede tener otro gracias a la creciente comprensión y proceso evolutivo de la persona.

Todos estamos hechos de esos colores y estamos listos para ser lo que debemos ser, que seguramente es Ser Luces de todos los colores que podamos manifestar.

Mi labor como terapeuta holística de los niños de Luz y sobre todo de sus familias es abrir caminos y puertas de comunicación y contención para ayudarlos a expresar sus mensajes, crecer en libertad y armonía. Mi disposición es estar al servicio de poder hacer oír sus mensajes y que sean validados en primer lugar, es decir que para la apertura que se está necesitando y que se está haciendo oir a gritos de Paz y Amor, tal como ellos saben muy bien hacer, lo primero y lo válido son los niños, todos.

Es importante que pasemos del rol antiguo de solo ser "educadores" por ser más grandes que ellos (y que gran contradicción ya que la edad no tiene nada que ver con la Sabiduría), y nos permitamos ser o comportarnos activamente en sus cambios y en sus mensajes.

Los niños son bellos maestros, inocentes, puros, lúdicos, felices, fieles y merecedores del nuevo mundo.

Creemos el lugar para ellos y por supuestos para que emerjamos nosotros, los adultos maravillosos que somos y deseosos de un gran futuro donde hay lugar para todos y donde la aundancia vuelve a ser el estado natural de la vida.

La apertura de los "puentes espirituales" entre esta densa materialidad y la espiritualidad verdadera son nada más ni nada menos que los niños, nuestros hijos. Volvamos a mirarlos y a mirarnos a nosotros en sus ojos. Allí está el presente que guarda el futuro de Amor y Paz, Equilibrio y Abundancia que estamos anhelando.

Permitamos su llegada. Rompamos las barreras del ego y la miseria.

Gracias por ser parte de esta gran apertura.

Lic. Ma. Paula Máximo

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